Triatleta Pileño

sábado, 12 de septiembre de 2015

En Marbella se terminó mi temporada 2015. I'll be back...

Hace ya más de tres meses que publiqué mi última entrada. Desde entonces, diversos motivos han impedido que entrene de nuevo en serio, que participe en carrera alguna y que actualice el blog (¿qué voy a escribir si no participo en carreras?).

Podría ponerme místico o darle más intriga, pero... nah, lo cuento directamente: llevo desde julio en negociaciones para comprar un piso. Una decisión que no debo tomar a la ligera y que ha consumido gran parte de mi tiempo y energía en estos dos meses y medio.

De ahí la falta de entrenamiento, y mi ausencia en las pruebas que tantas ganas tenía de repetir (los triatlones cross). Ahora ya está casi hecho, y por eso es ahora cuando me atrevo a contarlo.

Quizás lo cuento para no sentirme del todo mal conmigo mismo. Como forma de darme a mí mismo una excusa para no haber cumplido la previsión deportiva que tenía para esta temporada.

Pero volveré, aseguro que volveré. No tengo ni idea de cuál será mi próxima prueba, pero llegará, más pronto que tarde.

jueves, 4 de junio de 2015

GoTri Marbella 2015 - Una agradable e inesperada sorpresa


Casi un año y medio después volví a competir en un triatlón sprint de carretera. Mi última experiencia, antes de empezar con los olímpicos, las medias maratones, y los problemas en los pies, fue en Posadas en agosto de 2013, la última prueba que hice con Miguel aquel año.

Como este principio de año me he vuelto realista, me he dado cuenta de que preparar un media distancia no es un objetivo alcanzable con mi vida actual. Así que me he propuesto hacerlo lo mejor posible en distancias cortas, como hasta ahora. La cancelación de dos triatlones que tenían muy buena pinta y que tenía en mente (Matalascañas y Aracena, este último cross), me llevó a buscar una prueba que me permitiera volver a competir pronto en triatlón, ya que el siguiente en lista lo tengo en julio.

Así encontré esta prueba marbellí, con distancias olímpica sin drafting, sprint y súper sprint. Monté el fin de semana para pasarlo por allí con Eli y no tener que pegarme la paliza de coche en el mismo día, sólo para competir una hora y media.



Entrando directamente en la prueba, me alegré de haberme llevado el neopreno, pues finalmente se permitió y esto me posibilitó nadar más rápido y más cómodo. Es la segunda competición en la que lo uso y estoy muy contento con el rendimiento que ofrece. Salí del agua en mis tiempos habituales, 15’20’’, a algo más de 2’00’’ los 100m, y allí vi a Eli que además de animarme estaba nuevamente haciendo un reportaje fotográfico. De verdad que es de agradecer que alguien, no sólo vaya a verte y animarte a una prueba (y esté allí a pie parado, a veces al sol, mientras tú compites), sino que además te haga fotos para que luego las puedas compartir por internet. Gracias de veras.



La T1 era algo larga, pues además de correr desde la orilla hasta que acababa la arena de la playa, el box estaba también montado como una sola fila, a lo largo, así que tardé unos tres minutos. Esta vez no llevaba calcetines ni guantes, para ahorrar algo de tiempo.

Al comenzar el sector de bicicleta, iba a mi lado una chica que por la serigrafía del mono supe que se llamaba Irene, y de quien luego descubrí sus apellidos y que había ganado su categoría. Pues bien, esta chica me anima a que le ayude a tirar para coger a un grupo que iba como un minuto delante. El caso es que aprieto, empiezo a tirar con algunos relevos por su parte, y llega el detonante de la marca que hice finalmente: tras unos 3-4 kilómetros, alcanzamos un grupo en el que al final íbamos unos 30 corredores, que nos lleva en volandas, sobre 35-40 km/h todo el tiempo. Desde aquí le doy las gracias a la tal Irene por sus ánimos y su ayuda para alcanzar a este grupo.

Una vez alcanzado el grupo, pude respirar un poco (iba tirando realmente casi al límite). Entonces me encontraba realmente bien. Incluso hubo una vez que me quedé en la parte trasera del grupo y este se rompió porque quienes iban delante de mí se quedaron rezagados. Abandoné el grupo tirando de nuevo yo solo y enganché recuperando los pocos segundos que habían sacado los de delante.



Así llegué a la T2, con una media superior a 36km/h (mi mejor media en un triatlón en bicicleta), y consciente de que podía batir mi mejor marca personal si no desfallecía en la carrera a pie. Al bajarme de la bici allí estaba de nuevo Eli con la cámara, pero es que luego cuando estaba soltando la bici y calzándome las zapatillas de correr, la escucho de nuevo animarme allí al lado. ¡Vaya carrera que se pegó!



Me coloco la gorra y salgo muy animado por ella. También por el speaker, un personaje curiosísimo, que llevaba una peluca rosa (xD), y que no paró de animar a todo el mundo, incluyendo la que sería la frase de la prueba: Si te apuntas… ¡terminaaaaa!. La carrera a pie consistía en darle dos vueltas a un circuito que partía del box y llegaba a un faro, por un camino que iba por mitad del mar. La primera vuelta la acabé bien, y en la segunda comencé a notar algo de dolor en la zona donde me salían las ampollas. Y es que correr sin calcetines y con algo de sal y arena por el agua del mar y por haber corrido por la playa, tiene sus consecuencias.



De todas formas iba mirando los tiempos y viendo que podría mejorar bastante mi mejor marca hasta entonces. Sólo caminé durante unos 20 segundos en el kilómetro tres, para beber algo de agua y recuperar la respiración. De allí a meta, pensaba que iba bastante más lento (la sensación de correr tras pedalear es horrible), pero acabé la carrera a pie a 5’08’’, bastante buen ritmo pues pensaba que iba casi a 6.

Finalmente, llego a la línea de meta, beso mi alianza para dedicarle el resultado a mi mujer por todo su apoyo constante, y paro el crono. ¡Nueva marca personal! 1h17’12’’, mejorando en cuatro minutos clavados la marca anterior.



Una nueva marca que se cimentó en el sector de bicicleta, y en el pedazo de grupo que cogí (en mi defensa diré que antes de llegar tuve que darle duro a los pedales para cogerles). El sector de natación fue casi calcado y la carrera a pie, siendo buena, estuvo lejos de aquel 4’43’’ que hice en Málaga 2012. Incluso las transiciones fueron algo más largas. Pero la bicicleta fue unos 7 minutos más rápida, lo que posibilitó el batir la marca.

Con esto llega una nueva alegría, inesperada totalmente (esperaba acabar en 1h25’), y que me motiva a seguir entrenando (aunque a veces el calor y la falta de tiempo hagan que me apetezca más quedarme en casa…). La próxima cita será dentro de dos viernes, una carrera nocturna por la ribera del Guadalquivir. Estará Miguel por aquí de vacaciones, y como le dan miedito los triatlones (mariquita!!)… ¡pues a correr se ha dicho!

miércoles, 6 de mayo de 2015

III Duatlón Cross Ciudad de Tomares & XXVIII Carrera Popular Carrión de los Céspedes

Tras el primer duatlón del año en Sevilla, llegaba el turno de volver a hacer un duatlón cross, en Tomares, donde hice el primero hace dos años. Mi padre me acompañaría en esta ocasión, ahora que puede volver a correr después de 7 años en los que le era imposible por la espalda.



Salimos pronto desde Benacazón, y llegamos a recoger el dorsal y dejar el material en boxes. En la previa durante el calentamiento, me encuentro a Fran del Camaleón.

Se da la salida, y aunque mi padre me dijo que iba a salir despacio, lo cierto es que me noté saliendo bastante fuerte, y lo pagué llegada la segunda vuelta al primer circuito a pie, que era un mixto de urbano y cross. No en vano, acabamos el segmento en 31’40’’, a 5’17’’ si suponemos que son 6 km justos.

Primera transición, y mi padre que no para, empieza a pedalear con fuerza, donde yo de haber ido solo habría aprovechado los primeros minutos para recuperar las piernas y beber agua. En vez de eso, le sigo rueda, lo que carga mis cuádriceps muchísimo y hace que vaya a remolque todo el segmento.



Le digo varias veces que tire él, pero se queda conmigo. El circuito de bicicleta es muy divertido, estaba seco esta vez a diferencia de 2013, e incluye mucho curveteo, cuestas, arrancadas y frenadas. Eran 20km esta vez, algo más que los 16 de hace dos años, y tras sufrir mucho al principio y recuperarme algo más al final, termino en algo más de una hora el segmento ciclista.

Tras la segunda transición, salimos hacia la segunda carrera, un circuito íntegramente urbano que comenzaba con una pronunciada bajada, que al final habría que hacer de vuelta subiendo. Mucha cuesta en todo el recorrido, pero ya estaba casi hecho y, aunque tocado, llegué sin problemas a las instalaciones deportivas La Mascareta, donde estaba situado el arco de meta. Tras una vuelta a la pista de atletismo, entramos en meta, donde el speaker comentaba “¡Se dan la mano Triatlón Camaleón y Arenas, demostrando que el deporte une y crea amistaaaad!”. Seguramente no sabría que no éramos amigos, sino padre e hijo.

Acabé bastante cargado, pero satisfecho por haber ido prácticamente a todo lo que podía todo el camino. El tiempo, 1h53’, no comparable al de hace dos años porque la pista estaba seca, pero eran más kilómetros.

Dos días después, me llama mi padre informándome de que el viernes siguiente se celebraba la XXVIII edición de la carrera popular de Carrión de los Céspedes, su pueblo, en formato nocturna desde hace algunos años. Ya participé en 2012, y sabía que tenía un perfil cañero, con mucho sube-baja, era gratuita, y pensé que por qué no añadir una competición más a mi calendario 2015.

Eran tres vueltas a un circuito de unos 2.760m, y calculando mis ritmos pensé que si el primero no me doblaba poco le faltaría. Se da la salida tras calentar un poco, y salimos fuertecillo, acabando la primera vuelta en 14’, muy poco por encima de 5’ el km. Al poco le digo a mi padre que probablemente no pueda hacer toda la carrera a ese ritmo, y quedamos en reservar un poco en la segunda vuelta para poder acabar fuertes.

Pero nada más lejos de la realidad, porque a pesar de que mis sensaciones me decían que íbamos más despacio (sobre todo en las subidas), la segunda vuelta acabó en otros 14’03’’ bastante clavados. Fuimos doblados por el ganador justo al término de esta segunda vuelta. Durante todo el camino, gente saludando y animando a mi padre, dado que allí le conoce todo el mundo. Incluso pidió una foto en mitad del trayecto y nos la hicieron:



En la tercera vuelta, mi padre me preguntó cómo iba, y yo le dije que bastante al límite (él iba más sobrado), pero que o terminaba a ese ritmo o reventaba y me retiraba, no iba a aflojar. Tenía los cuádriceps bastante tocados, con pinchazos muy fuertes, y en las subidas las piernas no me respondían. Pero saqué fuerzas de la nada y seguí al mismo ritmo. Le volví a decir a mi padre que tirara, y a falta de 500-600m cambió de ritmo para entrar en meta con 20 segundos de ventaja sobre mi tiempo.

Al final, 41’42’’ para él y 42’03’’ para mí, un tiempo casi calcado al que hice hace tres años, solo que entonces estaba entrenando muchísimo y a veces con Rubén Romero, con el plus de velocidad que eso me daba. Este año la marca me costó muchísimo más trabajo, pero he terminado muy contento y no me puedo reprochar nada, pues si en Tomares di el 95% de mi rendimiento, aquí directamente no me dejé nada y fui al 100%.



Tras esta semana de competición, mayo estará vacío de competiciones, ya que es un mes complicado por las comuniones y este año tengo dos. Volveré en junio en algún triatlón corto.


martes, 10 de marzo de 2015

V Duatlón de Sevilla, un buen comienzo de temporada

Primera prueba combinada de la temporada, el duatlón de Sevilla donde ya participé la temporada pasada. Llegué con el objetivo de rebajar algo el tiempo del año pasado, que estuvo lastrado por mis problemas con las ampollas a la hora de correr.

Tras la media maratón de la Cartuja, había bajado un poco el ritmo de entrenamientos (y los volúmenes, sobre todo), y últimamente no había corrido casi nunca por debajo de 5’/km, así que tampoco esperaba hacer un tiempazo.

Salí de casa con tiempo, después de almorzar (la salida era a las 16h00). Había repasado la lista de material y sorprendentemente llevaba todo. ¿Todo? No… el bidón de agua que había metido a congelar unas horas antes, aún está en el congelador, pero de eso me di cuenta llegando ya a Sevilla. Pues nada, un pequeño despiste, como siempre, pero en este caso nada importante.

La salida


En la previa me encontré con algunos camaleones con los que hice el calentamiento: Carlos Pina, Daniel Lisa, Fran y LuisFe. Ya en la cámara de salida, se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Juan Antonio Núñez Silva, triatleta de Dos Hermanas, recientemente fallecido.

Los líderes, nada más comenzar


Afrontando los primeros metros de la carrera
Se da la salida y comienzo al ritmo de los de mi alrededor, pero veo que es rápido para mí y me dejo de ir un poco. A pesar de ello, paso por el km1 en torno a 4’45’’. Me sorprendo de llevar ese ritmo pero voy cómodo, así que trato de mantenerlo. Únicamente a partir del km 4, el llevar un ritmo fuerte para mis ritmos de entrenamiento, y el calor que hacía una vez más (bastante para estas alturas de marzo), me hacen fatigarme un poco, y pensé que necesitaba la T1 y la bici para recuperar.





Sin haber cambiado el ritmo, llego a la T1 en 26’03’’, aproximadamente a 5’13’’/km, y pienso que he tenido que desfallecer mucho en el último km sin darme cuenta. En la T1 tomo aire, me cambio de zapatillas, y a pedalear. Usé los primeros kilómetros de la bici para recuperar un poco la respiración.

Fui casi todo el recorrido solo, no llevaba el velocímetro de la bici y por no llevar, no llevaba ni acoples, ya que este año los han prohibido (los tuve que quitar el día antes, menos mal que OF Sport envió correo informativo). De vez en cuando enlazaba con algunos triatletas que iban solos y a un ritmo parecido al mío, pero normalmente les dejaba atrás en poco tiempo. Por lo tanto, 90% del recorrido solo, y acabé con la sensación de haber ido menos rápido que el año anterior.

Cuando llegué al box miré el parcial de la bicicleta en mi reloj, y sorprendentemente había tardado poco más de 37 minutos, con lo cual la media salía bastante por encima de 30km/h. Llegué, eso sí, con la boca bastante seca a la T2, al no llevar bidón en la bici. Animado, enfilo los últimos 2,3 kilómetros a pie, nuevamente con buenas sensaciones y sin necesidad de parar a caminar para nada.

Entro en meta por debajo de 1h18’, así que acabo bastante contento, pues el año anterior hice 1h23’42’’, casi seis minutos más. Comparto el post-carrera y algunas fotillos con los compañeros, y me encuentro también al recoger la mochila del guardarropa con otro camaleón que se presenta, otro Carlos (cuyo apellido no conozco) que me contó que probablemente nos veamos en Tomares el mes que viene.

La foto post-carrera (gracias Carlos!)


Lo único que no acababa de cuadrarme era el último km corriendo (había salido más lento de lo que yo pensaba), y el ritmo en bicicleta (había salido más rápido de lo que yo pensaba), pero luego al ver las clasificaciones oficiales todo tuvo sentido: la primera parte a pie eran 5,3km, no 5, y el sector de bici tenía 18km, no 20.

En resumen, acabé muy satisfecho con mi actuación, comprobando que puedo seguir corriendo por debajo de 5’/km en distancias cortas aunque en entrenamientos no haga esos ritmos últimamente. Tengo muchas ganas de seguir, y este año especialmente de hacer corta distancia, y duatlones/triatlones cross, aunque sea por recordar el año 2013 donde fui con Miguel a tantas y tan divertidas pruebas. La próxima, el duatlón cross de Tomares, una de las pruebas más divertidas que hice en 2013, y en la que si todo va bien iré con mi padre.

Un abrazo a todos los camaleones, y gracias a OF Sport por su siempre brillante organización, y por poner las fotos a disposición de los atletas de forma gratuita. ¡Hasta la próxima!

sábado, 31 de enero de 2015

XX Media Maratón Isla de la Cartuja

Por fin llegó el día de una media maratón a la que me quedé con ganas de ir el año pasado (estaba en Cardiff). Esta vez llegaba habiendo entrenado bien, con el problema de las ampollas (¡¡por fin!!) superado, y con posibilidades reales de hacer una marca decente (en mi caso, el objetivo era bajar de 2 horas).

El tema de las ampollas ha sido una liberación, y es difícil de transmitir por escrito o incluso en persona. Psicológicamente, salir a correr con la certeza absoluta de que en 20 minutos te vas a joder la planta del pie y no vas a poder seguir, es devastador, y quita las ganas de entrenar a cualquiera. Así que a día de hoy decir que puedo correr una media maratón sin problema es una sensación maravillosa y que hace un año veía bastante lejana.



Pero bueno, paso a contar el día de la media maratón. El plan de entrenamiento, aunque fue creado e improvisado por mí (me resisto a tener otro entrenador), era bastante realista y completo, en mi opinión. Salía a correr la mayoría de las semanas 3 días más otro día de bicicleta de montaña. En esos tres días alternaba tiradas largas (empezando por 10km, hasta 16km en mi tirada más larga un mes antes de la media) a ritmo bajo (6 min/km); algunos días de series (no hice todas las semanas, porque no vi tan importante la velocidad), y otros días de tiradas de distancia media (entre 8 y 12 km) a un ritmo más vivo (5:10-5:30/km).

Con este bagaje, me presenté en la línea de salida con Néstor. Su hoja de presentación es una marca personal de 1h38’ en media maratón, menos de 3h45’ en la maratón, y varias ultramaratones y trail terminadas, pero sus volúmenes de entrenamiento en los últimos meses eran casi nulos. Vino sólo a acompañarme.



El día iba a ser frío, muy frío, pero al ser la carrera a las 11h y estar el sol fuera, a la hora de correr se estaba cómodo. No se puede decir lo mismo de la recogida de dorsales, donde a la sombra y a las 9h30 de la mañana sí que hacía frío de verdad.

Se da la salida y empiezo a marcar el ritmo objetivo previsto (5:41). Néstor me iba diciendo los tiempos por kilómetro. Primer kilómetro, 5:45. Segundo kilómetro, 5:26. A partir de ahí, Néstor me va diciendo que hay margen, y corremos hasta el kilómetro 12 todos por debajo de 5:40. Ahí la carrera empieza a hacerse dura, los kilómetros empiezan a pesar, pero había llegado a esa parte con margen, y sentir carga en las piernas era algo previsible a esas alturas. Así pues, nada de preocupación, sólo sufrimiento y conocimiento de que tocaba lidiar con el dolor. Sigo hasta el 16 por debajo de 5:40 (excepto en el 13, que hice en 5:41), y allí sí que empezaron a dolerme las piernas y también las plantas de los pies por tanta tralla. Lo cierto es que aunque el plan de entrenamiento no fue malo, me faltaron kilómetros en las últimas semanas.




A partir de ahí, kilómetro 17 en 5:48, unos dos minutos y algo de margen respecto al ritmo objetivo, y Néstor me dice que quizás no acabe. Le animo, pero estaba resfriado, se encontraba mal, y sobre el 17,5 abandona. Sigo yo solo con la misión de controlar el margen. El creciente dolor de piernas decía que no iba a ser nada fácil, pero tenía que intentarlo. En los kilómetros 18, 19 y 20 paré unos metros al principio de cada kilómetro a caminar y recuperar.

Y así llegamos a la salida del parque del Alamillo. Enfilamos el túnel de entrada al estadio y miro que el móvil me marca 1h57 y algo. Entonces dentro del túnel ya los atletas de mi alrededor empiezan a decir “¡Esto está acabado!”, “¡Ya estamos aquí, está hecho!” y frases similares, y me motivo para llegar lo antes posible. Los 300 metros finales en la pista de atletismo los hago a 4 el kilómetro según endomondo. No sé de dónde saqué fuerzas porque llevaba las piernas destrozadas, pero pensé que ya pararía y descansaría en meta y luego en casa, y que había que apretar hasta el final.

Al final, 1h58’59’’ según el móvil. Algo menos de media maratón según el móvil también, y hay que decir que mi marca oficial fue de 2h01 y pico, porque puse el móvil al pasar por el arco y el pistoletazo había sido algo antes, pero yo estaba parado. El primer objetivo del año se ha cumplido, y ahora estoy a la búsqueda de nuevas metas deportivas.

Si bien mi primer pensamiento era hacer un medio Ironman este año, temas extradeportivos hacen que me sea imposible entrenar para acabar esta distancia con garantías, así que volveré a los duatlones y triatlones en distancia corta, y también a los du/tri cross, carreras con una dosis extra de diversión, de las que en 2014 no hice ninguna. El primer objetivo a la vista, el V Duatlón de Sevilla, donde ya sin problemas en la carrera a pie, espero poder mejorar mi marca del año pasado.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

DX2 Olímpico No Drafting Mazagón

Cierre de la temporada deportiva con este precioso triatlón olímpico, el único tri que he hecho este año. Lo primero de todo es felicitar a la organización. Una prueba de sobresaliente a nivel organizativo: boxes, precios, guardarropas, avituallamientos, circuitos, cierre al tráfico… todo de sobresaliente, así que enhorabuena a DX2, en particular a nuestro compañero Ricardo Cabrera del Camaleón.

Entrando ya en materia, me fui a Mazagón el día antes, quedándome en el hotel colaborador del evento, Solvasa Mazagón. Todo muy bien, incluso los ascensores tenían la medida justa para que entrara la bicicleta. Cené pasta con queso antes de preparar todo el material e irme a dormir. Me desperté varias veces esa noche, seguramente por los nervios. Mi oportuno resfriado contraído dos días antes tampoco ayudaba. A las 6:30 me levanto y me voy al buffet del hotel a desayunar. Aparece la tentación de comer huevos fritos, bacon y salchichas, pero ni tenía demasiada hambre tan temprano, ni es recomendable hacer experimentos gastronómicos los días de carrera. Así que cereales con leche, tostada con mantequilla y zumo de naranja, y a por el material.

La habitación del hotel


Pensé en irme al box en la bicicleta, pero al salir del hotel un triatleta me ofreció llevarme en su coche. Era Fran, camaleón al que no conocía aún. Me estuvo contando anécdotas por el camino hasta que llegamos al box, donde conocí a Jesús y Álex. Fue un placer compartir previa y post-carrera con estos cracks. Dejamos todo en el guardarropa, y al agua a calentar.

En triatlón, el traje de neopreno está prohibido, permitido u obligado según la temperatura del agua. En esta tabla se entenderá mejor:

Temperatura del agua
Por debajo de 14 grados
14-18 grados
18-22 grados
Por encima de 22 grados
Reglamento neopreno
Se suspende la natación
Obligatorio
Opcional
Prohibido


Bueno, pues a 1 de noviembre, a las 9 de la mañana, ¡se estuvo decidiendo hasta última hora si el neopreno se permitía o no! Esto quiere decir que el agua estaba cerca de los 22 grados. Finalmente se permitió (estrené por fin en competición mi Orca TRN Thermo), pero hubo gente que nadó sin neopreno y no hacía nada de frío.

Deseé suerte a Jesús y Álex, y salí en la parte trasera del pelotón. No quería verme forzado desde el inicio. La natación no tiene mucha más historia, salí del agua en 26 minutos, por lo que probablemente eran menos de 1500 metros (unos 1200-1300). Me quito el neopreno y a por la bici. Entre el neopreno, el casco, calcetines, guantes…y los metros que separaban la salida del agua del box, que eran de arena y cuesta arriba, tardé casi 5 minutos en la T1. Pero bueno, eso me importaba poco. Salgo con la bici, y sobre el primer km, alguien me dice “ponte a rueda, chulo”. No recuerdo si tenía dorsal y era competidor, o simplemente era un ciclista que pasaba por allí. El caso es que le dije que no.

Y aquí entro en el clásico debate drafting-no drafting. Mi punto de vista es que no estoy a favor ni de uno, ni de otro, simplemente son dos modalidades distintas dentro de nuestro deporte, y que en mi opinión pueden convivir sin ningún problema. Ahora bien, si te apuntas a una prueba sin drafting, no hagas drafting. Si quieres hacerlo, apúntate a una prueba con drafting. Es tan simple como eso. Apuntarse y acabar como finisher de una prueba sin drafting yendo a rueda, no es más que engañarte a ti mismo. Por supuesto, no se puede controlar al 100% y al final queda aquello de “allá cada cual con su conciencia”.

Fui muy cómodo en el segmento de bicicleta, me adelantaban algunos (principalmente participantes de la prueba de media distancia), pero también adelantaba a otros. Me veía dentro de ritmo, iba bien acoplado, y finalmente saqué una media de algo más de 29km/h, que raras veces he sacado cuando entreno solo, y que está 1km/h por encima de los 28 que hice cuando vine a reconocer el circuito dos semanas antes. Con este dato, salgo a correr bastante animado. Tanto, que empiezo a alejarme de mi puesto en el box y me doy cuenta de que llevo los guantes de la bici puestos. Empezaba a pegar el sol y merecía la pena volver unos metros atrás a soltarlos.

En la carrera a pie fue donde la magnitud y distancia de la prueba me pasó factura. Empecé a correr a 6 el kilómetro, pensando nada más en terminar, y con muchísimo respeto ya que, aunque parezca mentira, la última vez que corrí más de 10km seguidos fue en la media maratón de los Palacios, hace casi un año. Eran dos vueltas de 5 km, y otro km más hasta meta, aproximadamente. Empezó a dolerme todo pero terminé la primera vuelta sin parar para nada. Decidí parar en el primer avituallamiento de la segunda vuelta aprox. Caminé unos metros para tomar agua y un gel, recuperar la respiración, y me puse como objetivo llegar de allí al final sin parar.

La foto post-carrera


No lo conseguí, pero sí acabé en menos de 3 horas de tiempo final, y sólo paré un par de veces más de allí a meta. Como nota muy positiva, después de los 11km no había ni rastro de ampollas en mis pies, así que espero seguir esta progresión y poder encontrar continuidad en mis entrenamientos.


En resumen, un cierre de temporada muy satisfactorio, ya que la prueba fue brillante por su organización. Contento también de compartir previa y post-carrera con compañeros del club, e ir conociéndoles poco a poco, y pensando ya en 2015.

sábado, 11 de octubre de 2014

Vuelta a la carga

Tras no poder ir a Posadas por determinadas circunstancias (que se resumen en “estar pelao de tiempo y dinero por la boda”), pude al menos despedir deportivamente hablando mi soltería con buen sabor de boca. Practiqué los tres deportes del triatlón en actividades de grupo.


El 15 de agosto participé en la etapa anual Matalascañas-Sanlúcar de Barrameda-Matalascañas, que se recorre por la orilla, echando una buenísima mañana en compañía de mi padre, como siempre, además de Manolo y Fco. José Cuesta, el “mixto”, Rafael Díaz, y muchos más compañeros. Sufrí al final, igual que hace tres años, pero es una etapa muy, muy bonita que se disfruta bastante.








Posteriormente, 10 días antes de casarme, pude asistir a un entrenamiento en el río con algunos camaleones. Es un auténtico placer haber conocido a algunos miembros más de este magnífico grupo deportivo y humano, así como haber podido hacer 2.000 metros en el río Guadalquivir. Al salir del agua, fuimos a correr un rato también.

Ahora vuelvo a la carga (volví el día 1 con una buena etapa de BTT de 60km con mi padre), tras cuatro semanas de parón en la que lo más parecido al deporte que he hecho ha sido patearme París (que no es poco). Mi estado de forma como es de suponer no es bueno, pero voy a darlo todo para poder participar en una prueba en la que llevo meses inscrito: el DX2 Olímpico sin drafting Mazagón-Palos.

Estoy lejos del punto de forma de cuando hice el olímpico de Málaga el año pasado, pero quiero intentarlo por varios motivos:

- Quiero probar un segmento ciclista sin drafting, porque eso es lo que me espera en distancias más largas.

- Quiero probar un segmento de natación con neopreno. Todavía no he podido estrenarlo en competición desde que Eli me lo regalara por mi cumpleaños, y el 1 de noviembre es bastante probable que sea no sólo permitido, sino obligatorio.

Si no lo hago, este sería el primer año desde 2009 en el que no hago ningún triatlón. Ha sido un año complicado en este sentido, porque he tenido que dedicarle mucho tiempo a organizar la boda (que por cierto, no puedo estar más feliz de cómo ha ido todo ni del pedazo de mujer con la que me he casado).

Así que en ello estamos. A finales de enero me gustaría también intentar la media maratón de la Cartuja. Sé que para ello tengo que correr mucho, mucho de aquí a entonces, pero he de intentarlo si quiero tener alguna garantía para mi siguiente reto: la media distancia.


Por último, he estado pensando muy seriamente en adquirir una bicicleta de triatlón, porque vi la Canyon Speedmax AL 8.0, montada en Shimano 105, a un precio no sólo barato, sino directamente de ganga y oportunidad perdida si no la compraba (acabo de ver en la web que ya ofertan la de esta temporada, al precio original, la del año pasado estaba rebajada 300€). Sin embargo, el cuadro es de aluminio normalito, tampoco me sobra el dinero y además estoy muy contento con mi bicicleta actual de carretera. Así que si hago un triatlón de media distancia en 2015 (espero que sea posible), mi Goka será mi compañera de viaje.

viernes, 1 de agosto de 2014

III Acuatlón Velá de Triana - memorial Íñigo Vallejo


Segundo acuatlón del año, esta vez con Miguel, que está por España este mes de julio, y primer acuatlón en formato “estándar” (pues el de relevos de Rota tiene un formato distinto): correr, nadar y correr de nuevo.

El circuito de carrera a pie iba en paralelo al Guadalquivir, saliendo del puente de Triana (o puente Isabel II), en dirección sur por la calle Pureza (paralela a la calle Betis), y vuelta por la propia calle Betis. Tendría unos 1.100 metros a los que había que dar dos vueltas en cada sector, más luego la distancia hasta llegar al box, que completaba los 2.500m.

Miguel y yo nos aseguramos de tener todo el material a punto y, como calentamiento, dimos una vuelta al circuito de carrera a pie (sin saber que era por ahí exactamente). Antes de la salida vi a varios camaleones, entre ellos Lorenzo, el cual se presenta y me desea suerte.


Se da la salida y Miguel y yo decidimos hacer juntos esta primera parte. Comenzamos sin ir a tope, y al kilómetro empezamos a sentirnos mejor, siendo la segunda vuelta de este primer sector más rápida que la primera. Llegamos a la T1 juntos, transición rapidísima, y de cabeza al agua a nadar.

600 metros para los no federados (corrí en no federados porque Miguel no podía correr en federados), una distancia que se puede nadar casi a fondo. Me centré en no perder a Miguel de vista, y le mantuve el ritmo durante toda la natación, todo un reto para mí (luego para hundirme en la miseria me dijo que había ido rascándose la barriga…¬¬), y salimos juntos a la T2. Decidimos correr juntos la primera vuelta de la segunda carrera a pie también, aunque ahora íbamos algo más lentos por el cansancio de la primera parte.

Al comenzar la segunda vuelta, le digo a Miguel “al girar te vas a ir dejándome tirado, Y LO SABES”. Así fue, pegó un tirón increíble al que yo no me vi con fuerzas para reaccionar. Yo también aumenté un poco el ritmo en esos últimos 700 metros hasta la meta.

Llego a meta (atragantándome por la estupidez de intentar beber agua cuando me quedaban menos de 100 metros xD), y paro el crono en 37’49’’. Una prueba corta y con un formato muy divertido, que espero repetir en años sucesivos.

La clasificación final arroja unos ritmos de 5’06’’ y 5’21’’ respectivamente en las dos carreras a pie. Bastante satisfecho, y sin rastro de ampollas (hay que decir también que era poca distancia). Pero lo que más me sorprendió fue mi sector de natación. En una carrera en la que mi puesto fue el 89 de 121, hice el 54º mejor tiempo en la natación, siendo claramente mi mejor sector en comparación con los demás competidores, desde mitad del año pasado.

Ahora el siguiente reto, si todo va bien, es volver a Posadas, al Califas de Hierro, a intentar mejorar mi tiempo del año pasado (1h32’). En teoría nado mejor, pero mis sectores de bicicleta y a pie son una incógnita y dependerán de lo que pueda entrenar en este mes que falta hasta la prueba. Aún así, debería ser capaz de superar el ritmo de 5’44’’ que llevé el año pasado en carrera a pie.

lunes, 7 de julio de 2014

III Acuatlón por relevos Villa de Rota

Ayer debuté en un acuatlón, y lo hice en Rota en la prueba por relevos. Lo propuse y tres compañeros de mi club se animaron a correr conmigo.

Estábamos en Jerez y la noche antes fue mala, no sé si por los nervios o por la mezcla de comidas del día anterior. Nos levantamos temprano y a las 9 y poco me veo con mis compañeros, a los que aún no conocía en persona: Jesús, Carlos y Ale. Salíamos por este mismo orden, conmigo intercalado en tercera posición. Cada uno de nosotros tenía que hacer 500m nadando y 2km corriendo antes de dar el relevo al siguiente compañero.

En la recogida de dorsales, y al ir a dejar el material en el box, me doy cuenta de que había olvidado algo (SIEMPRE se olvida algo del material): la cinta portadorsal. Me confié al no tener que llevar el material más aparatoso, el de la bici, y no cogí la cinta. Por suerte Jesús y Carlos tenían y pudimos correr los cuatro con las dos cintas.

Sale Jesús, que nos contó que tenía algunas molestias en el pie tras haber salido a correr el día antes. Luego iba Carlos, y entonces entré en el agua a calentar. A pesar de ser un día más bien fresco, a las 10:30 que eran el agua estaba bastante buena. Me voy a la cinta donde se daban los relevos y cuando llega Carlos salgo a correr hacia el agua. Me noto rápido nadando, pero hasta que no miro el crono no miro cómo iba realmente: ¡¡8’06’’ en 500m!! Mis tiempos de entrenamientos en esta distancia suelen ser de entre 9 y 10 minutos, así que pienso “o no eran 500m, o la corriente ha ayudado demasiado y ni me he enterado”. Luego Ale me confirmaría con su Garmin que sí eran 500m e incluso algunos más. Conclusión: la corriente a favor en el nado lateral, y el haber nadado al 100% (en un triatlón no lo suelo hacer porque es una prueba más larga y voy reservando), habían sido las causas del tiempo marcado.

Transición. Me cuesta un poco ponerme los calcetines con los pies mojados, pero no quería correr sin calcetines con las plantillas. Buen detalle de la organización poner un barreño con agua para meter los pies y quitar la arena. Carlos estaba allí tranquilizándome con el tema de los calcetines. Cuando me quiero dar cuenta, me hago un lío y salgo con el dorsal de mi compañero Ale, que tenía que competir después que yo. Pensé en volverme, pero llevaba ya 200m y no iba a retrasar al equipo así. Luego daría explicaciones.

Hago los 2 km “a carajo sacao”, y al llegar el personal de la prueba ya sabía que me había equivocado de dorsal, y me impidieron el paso a la zona de meta, por si pretendía seguir por allí y hacer trampa. Dije en voz alta que me había equivocado de dorsal, giré y di el relevo a Ale, e inmediatamente me fui al box a devolver el dorsal de Ale a su sitio para que pudiera usarlo. Calculando los parciales, hice la carrera a pie en 8’38’’, lo que da un ritmo de 4’19’’ el km. De nuevo ritmos impensables para mí, fruto de correr sin pensar al ser tan poca distancia.

Unos minutos después entró Ale en meta, marcando un tiempo total de 1h10’18’’. Puesto 28 de 36 clasificados. Hay gente que corre a lo bestia por ahí. Ganó el equipo del gran Samer Ali-Saad.



Para mí ha sido una prueba divertida y diferente, por dos razones fundamentales: es por equipos, lo cual siempre da un plus en forma de compañerismo y apoyo, además de haberme permitido a conocer a gente del club que no conocía, y además es una prueba realmente corta, por lo que en vez de correr “con la calculadora” y reservando fuerzas como suelo hacer, he corrido sin pensar, dando como resultado ritmos más altos que los habituales.

Espero repetir experiencia en años sucesivos. Un abrazo a todos.

PD: Cada día me gusta más la equipación del club. ¡Anda que pasamos desapercibidos!

sábado, 28 de junio de 2014

Tough Mudder UK (English Version)

When I told my friends I was going to be crazy enough to get married (I'm just kidding, Eli), Miguel, who's been living in Glasgow (Scotland) since September, told me to do the 'Edinburgh Half Marathon' together. Nevertheless, after a while he changed his mind and proposed me to do the challenge that names this post, if we want to translate the name into a few words we could say something like 'having mud up to every single cavity in your body being mental and paying for it'.


For those who don't know what it is, it's basically a race of about 12 miles, with obstacles or 'challenges' in between every mile (although it wasn't exactly every mile and the distances differed a lot). During the race I kept telling him that the 'stag party prank' couldn't have been more accurate.


Miguel and me teamed-up with his trampoline team mates. It is not what we would call a race itself, meaning that the time is not that important, but it is more about overpassing or trying to overpass as many obstacles as possible.


All of us in the start line


We went to the start line, and a few meters after we saw the first wall we had to climb (not very high), the mud made its first appearance. Right in front of that wall was the real Start Line. Before we started, the speaker shouted a few cheering statements (I couldn't understand a few of them though). Once there, we were alternating the jogging and the power-walking. And this is the list of the obstacles we had:


'Kiss of mud': Crawl like you would in the army under barbed wires, that stop you from rising your body. Done!


'Glory blades': 8 feet walls inclined towards the mudder. Done!


'Just the tip': It was about crossing a vertical wall where you only had a wee space to place your fingers. If you were to fall, water and mud was waiting for you. There was also some parts where you could put the feet to help yourself. Done!


'Balls to the walls': Climb a 12 feet wall with the help of a rope cover in mud, and going back down on the other side. Done!


Super-Caley team, after the first obstacles


'Arctic enema': Dive into a little pool of muddy VERY cold water. I don't know what was the exact temperature (there was ice there, so VERY much), but as soon as I went in I couldn't breath so I had to leave. It was about going under a wall in the middle of the pool that forced you to go in with your head. Not done :(


'Walk the Plank': Jump from a 13 feet high platform. There were a few meters of swimming afterwards. Done!


'Mud Mile': The mud mile started with a part where on every step your feet sank up to the knees. Lots of people lost there shoes pulling them out of the mud (I was one of them and I had to bury my arm up to my elbow to get it back). After that there was a part less extreme but very hard to run in. There were parts where you had to go up and down slopes followed by muddy water. Done!




'Electric eel': Crawl, the same way we did in 'kiss the mud' trying not to touch the electrified wires hanging very close to your back. I had a shock but it wasn't that bad. Done!


'Hanging tough': The challenge with the lowest success rate (30%). Swing like a monkey between rings hanging separated 5 feet one to the other. Not precisely clean water was waiting for you if you failed. Didn't even try. Shame on me :(


'Cage Crawl': 20 meters of a cage with just a few inches to breath over your head and the rest of the body under the water. Ease obstacle unless you are afraid of small spaces. Done!


'Berlin Walls': 12 feet high walls where there was nothing to hang onto. Most of the participants required help from the others, teamwork here is necessary. Done!


Berlin Walls


'Island Hopping': Floating platforms in the water separated by 5 feet-ish. Under them then there was water you could cross walking. I actually did it like this as I fell in the second one. Not done :(



Clare crossing the platforms




Pamela, trying not to fall down


'Carry a hero': A mile where you had to carry on your back/shoulders one of your team mates, with a swap half way through. Mi partner, as you can guess, was Miguel (who was very happy that I lost weight in the last few months). Done!


'Boa constrictor': Tubes where crawling was very hard and there was mud and water all the way through them. Done!


'Everest': One of the most challenging obstacles. You sprint right before you start the slope that inclines to finish almost vertical, and you hope for someone to be up there and help you reach up. It's impossible to make it without any help unless you can do a pull up without any place to help you and after almost 4 hours competing. After reaching up Miguel and me stayed up there for a while being that helping hand for others. Done!


'Electroshock therapy': The last obstacle before the finish line, the one that I feared the most and probably the easiest one. Small distance you have to cross running/walking over the mud (what a surprise), with hanging electrified wires around the knees length. None of them touched me. Done!






Finish line! 'I did it!'. When we cross they gave us the headband, a ginger cyder and something to eat. After that the photo to remember it forever. As something curious, the shoes that I brought were already quite broken before even starting and I left them there after I saw how much mud there was in them. There were hundreds of them abandon in the car park, it wasn't just me who thought the same thing.




Very funny race, I'm so glad I did it, and also something completely different of what I usually do. Great experience.